Dulces caperucitas dadaístas
que os entráis en los bosques literarios
armadas con los dardos legendarios
de inusuales palabras imprevistas;
intrépidas muchachas optimistas
que con hábiles gestos incendiarios
sois azote de lobos perdularios
que acechan babeando a sus conquistas:
izad las caperuzas por bandera
y conseguid victoria no raquítica
sino rotunda gloria verdadera
que renueve los triunfos de neolíticas
niñas de rojo cursis, menos fieras,
en fértil hermandad caperucítica.
El misterioso sonetista
3/11/08
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7 comentarios:
Atravesando los versos de mi bosque me había parecido escuchar algunas voces murmurando a lo lejos... Me alegra mucho saber que una de esas voces tararea la misma melodía que nosotras...
¡Bienvenido "Misterioso Sonetista"!
Como ve, lo hemos trasladado. Espero que no le importe, pero en la última reunión caperucítica, nos hemos permitido la licencia de hacerle un hueco por aquí para que se acomode. Ésta es su casa y puede entrar en ella como guste. Lo buscaremos en las notas, en el correo, o puede hacer uso de la llave que le envío por email. La elección es suya, puede bordear el bosque... o atravesarlo con nosotras (pero sepa que esto último es muchísimo más emocionante).
A espera de sus noticias...
Le diré algo, misterioso sonetista, me alegra enormemente saber que gracias a usted este bosque se llenará del deleite de sus versos... Un día la madre de Picasso le dijo a éste: «Me dicen que escribes. Te creo capaz de cualquier cosa. Si un día me dijeran que has oficiado una misa, también me lo creería.»
Pues así le veo yo a usted...
Dulces caperucitas: será un placer dejar los aledaños por los que andaba emboscado y adentrarme en el bosque con ustedes.
Misterioso sonetista, echamos de menos sus versos, la caricia de sus palabras... Lo he estado buscando en el bosque y no lo encuentro. ¿Dónde está?
Querida cascabelera:
Algunos asuntos me han impedido merodear por este bosque literario (estuve con los tresiete cerditillos, también sin éxito esta vez, pero sobre todo con mi colega de Gubbio, que anda un poco denticaído). Eso sí, estoy hambriento de palabra caperucítica, que está de fuga. Por mi parte, en cuanto pueda, prometo enseñar la patita por debajo de la puerta. Pero no nos dejes tampoco tú sin tus incursiones por el camino de los alfileres. ¡Más, más! Auuuu
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