6/11/08

La princesa Aromi


La fragancia a nardos que desprende hace enajenar el cuerpo y el alma de aquel que pasa por su cielo. Su esencia evoca a la misma lujuria, al devaneo desenfrenado, a lo prohibido. Hace enloquecer al insensible en un infierno de pasión dejándole el pensamiento obnubilado.
Y sus ojos viven en el eclipse como pétalos marchitos que descienden de su tallo; pálida, casi transparente como si plagiara El Nacimiento de la Venus de Botticelli, cuerpo sarmentoso y caracolillos dorados que resguardan su ademán melancólico…
Solo pensarla la casa se impregna con su olor, desearla vehementemente es el canon a pagar por sus eternas tinieblas. Ella, la prueba del más alto erotismo, no está entre estos versos pero nos embebe con sus efluvios: El deseo permanece igual que el calor del inexistente beso se consume en deseos de amarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Admiración
esa es la que siento yo por ti al saber de la existente en esa princesa. Seguramente no la palpaste pero desde su trono t empuja diariamente a vivir. Se enfada sabes?
y mucho, por verte sufrir, me lo ha dicho muchas veces, habla con la luna
y te transmite su esencia, recibela, contagiala!
Esos poros desprenden ese mismo olor q impregna lo que toca
Me gustaria encontrar esa misma admiración algun dia de algun SER
Animo t espero ansiosa!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Gracias por traernos el olor de tu princesa, desde tan lejos...